Únete a la campaña de CGLU por motivo del Día Mundial del Agua 2019
Con motivo del Día Mundial del Agua, CGLU reafirma que el acceso al agua es un derecho fundamental en todas partes, y es necesario reivindicarlo como tal incluso en los países más ricos y en las ciudades con recursos suficientes, donde demasiadas personas todavía sufren de un acceso muy limitado al agua y siguen excluidas debido a su pobreza y exclusión. Garantizar el acceso al agua para todos es una responsabilidad moral para con nuestros ciudadanos y una de las dimensiones clave de las políticas de inclusión social.
(Artículo publicado inicialmente en la web de CGLU)
Los esfuerzos realizados por la comunidad internacional para avanzar hacia el desarrollo sostenible y el acceso a los servicios básicos universales mediante los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Acuerdo de París sobre el Clima, el Marco de Sendai y la Nueva Agenda Urbana son encomiables. Nos dan esperanza y nos permiten aferrarnos al ideal de un futuro mejor para todos nuestros ciudadanos. Aunque en varias regiones del mundo, el acceso a los servicios básicos está progresando en otras el aumento de la pobreza está excluyendo cada vez más a los ciudadanos del acceso al agua y al saneamiento, que ha sido reconocido como un derecho humano por la Asamblea General de las Naciones Unidas desde julio de 2010.
«El agua es esencial para la vida humana. Es un derecho fundamental, no una mercancía. Es responsabilidad de los gobiernos locales gestionarlo como un bien público esencial y garantizar el acceso para todos.»
Los gobiernos locales y regionales desempeñan un papel fundamental a la hora de garantizar el acceso al agua en un mundo en el que casi la mitad de la población vive en zonas urbanas. Los servicios de agua y saneamiento están teniendo dificultades para seguir el ritmo de la creciente urbanización y a menudo es necesario trabajar para mantener las infraestructuras públicas y de esta forma evitar pérdidas masivas. La mayoría de las autoridades locales y regionales son responsables de la distribución y el saneamiento del agua para la población a las que sirven. Gestionan, además, de manera más amplia muchas cuestiones relacionadas con el agua: el desarrollo económico local, el acceso a la energía y a la alimentación, la reducción de la pobreza, la gestión medioambiental, la resistencia al cambio climático y a los desastres naturales, los problemas de salud pública, etc.